Ocurrió frente al Cabo aún por doblar,
disfrutando de la mar...
Arañando viejos días vestidos de grises sin piedad,
arribando el cielo vestido en el azul de la vida
sin filtrar,
dibujando sobre tu espalda estelas como en la misma
mar,
puros, nómadas entre orillas, soles, olas y brisas
de mar.
Por la popa dejando a Gijón en su bahía,
por avante, a la espera, Avilés en su ría,
Luanco al través de babor del Muga en su travesía.
Rasgando la Mar que todo lo observa hoy serena…
un destello invisible, un planeta en línea con otro
sin saber,
y tú tras brumas del nordeste entre brisas sin
dejarte ver.
El golpe de un deseo sin vestir por todo lo pasado,
más como caricia inexplicable que como algo
buscado.
Como una sirena que aturde al Muga rasgando la mar leve,
subes a bordo y ya nada es lo que fue pues ya todo
es.
Sopla húmedo Gregal sobre un corazón en puro Mistral.
Nieves derretidas besando las arenas de tu playa
al sol de un brillo eterno entre cada mirada.
Caminando sin pisar tierra mientras entre almas
vuela
sal y vida convertida en libre cometa sin que nada
duela.
Dejemos a la vida avanzar sin piedad,
disfrutemos mientras de verdad…