Suena una sirena volando entre semáforos,
mientras mis lúgubres pasos definen la línea que separa
al pensador del pensativo que a sí mismo devora
en frugales días leves, mortales noches de soledad.
La pleamar me grita en sus golpes contra el muro.
Sus gotas, aladas mensajeras, me salpican el rostro.
Solo siento agua, solo siento que no lo siento
lo que de momento solo veo como agua y viento.
El osado invierno ya cubre al ciento lo que dejó
hace ya un año con desprecio de señor cierto.
Mirando, solo veo
un cielo preñado de promesas sin calor.
Alcanzo a recordar el ojo que brillante se marchó
sin esperar un paño leve, una muestra de valor.
Algo que diera razón a tanto esfuerzo sin pudor
por tu sonrisa por tu bien, por tu amor.
Por eso mi mente ahora ya comprende,
ya es la que asume la rutina de quien cada año llega
sin esfuerzo, sin llaga, sin estridente clamor
demostrando que sin amor no hay luz y sobra el color.
Por eso comprende que la rutina no es razón
para no dar a quien merece el calor,
para no cubrir sus miedos con mi poco valor
Por eso mi cuerpo, mi alma y mi vida,
ha de ser lo que tu color brama y perfila,
por lo que no hice, lo que no dije, lo que no maldije
por lo que hice, lo que dije, lo que maldije.
Por eso la luz es uno quien la enciende tras el pecho
del propio y profundo sentimiento.
Nadie es quién a apagar, siquiera a modelar
la propia luz, el propio valor, la propia vida del otro
pues esa es la razón del ocaso de la vida y su viento.
Todo y nada es solo eso… palabras.
mientras mis lúgubres pasos definen la línea que separa
al pensador del pensativo que a sí mismo devora
en frugales días leves, mortales noches de soledad.
La pleamar me grita en sus golpes contra el muro.
Sus gotas, aladas mensajeras, me salpican el rostro.
Solo siento agua, solo siento que no lo siento
lo que de momento solo veo como agua y viento.
El osado invierno ya cubre al ciento lo que dejó
hace ya un año con desprecio de señor cierto.
Mirando, solo veo
un cielo preñado de promesas sin calor.
Alcanzo a recordar el ojo que brillante se marchó
sin esperar un paño leve, una muestra de valor.
Algo que diera razón a tanto esfuerzo sin pudor
por tu sonrisa por tu bien, por tu amor.
Por eso mi mente ahora ya comprende,
ya es la que asume la rutina de quien cada año llega
sin esfuerzo, sin llaga, sin estridente clamor
demostrando que sin amor no hay luz y sobra el color.
Por eso comprende que la rutina no es razón
para no dar a quien merece el calor,
para no cubrir sus miedos con mi poco valor
Por eso mi cuerpo, mi alma y mi vida,
ha de ser lo que tu color brama y perfila,
por lo que no hice, lo que no dije, lo que no maldije
por lo que hice, lo que dije, lo que maldije.
Por eso la luz es uno quien la enciende tras el pecho
del propio y profundo sentimiento.
Nadie es quién a apagar, siquiera a modelar
la propia luz, el propio valor, la propia vida del otro
pues esa es la razón del ocaso de la vida y su viento.
Todo y nada es solo eso… palabras.
7 comentarios:
... ¿palabras?...
¿sólo palabras?
¿Cómo las que el viento se lleva o más bien como la que empeñas cuando está en juego tu honor?
...palabras...
las tuyas,
que hablan de amor, consciente, deliverado,
...palabras...
las tuyas,
preñadas de sentido,
que no dejan indiferente,
que hieren con certeras flechas
de "valor", "entrega","calor".
...palabras...
que denuncian, reivindican, luchan.
Palabras que no son sólo ...palabras...
que se hacen corpóreas amamantadas por tu vida en este poema de amor.
Desde México, estoy presente, aunque a veces no comente; y como decimos por acá: Me quedo en verso y sin esfuerzo. Saludos.
Gracias... sin mas
no hay por qué darlas diréis,
pero es algo que deseo.
Dos besos... sin intermitencias
Blas
Todo y nada son palabras muy grandes, que a mí a veces me asustan... Tú has sabido dominarlas. Es más las has empleado para hablar de la desazón, de la falta de calor, de valor, de caricias...
Para mí el mar es un buen compañero, aunque puede que a ti te suene a rutina. No obstante, el único capaz de romper la rutina eres tú.
Gracias por tus comentarios. un Besito.
Tus palabras son más que la nada Josu, mucho más. Hablas de cobardía, de ausencias y de rutina, de idas sin regreso, de un invierno sin sociego. Dices tanto, tanto, Josu. Y qué bien lo dices. Las palabras nunca serán nada cuando son liberadas por vos.
Un abrazo.
Felicitaciones.
Alicia
Uno mismo es quien enciende la llama, uno mismo es quien la extingue, cierto.
Hay chispas que se creen llamas y viven creyéndolo todo el tiempo.
Pero hay llamas que trascienden a las sazones de los tiempos, los lugares y las cosas. Hay llamas que nunca se extinguen.
Bla´s: ojalá que la llama del fuego de tus grafías sea eterna, que tus palabras trasciendan la eternidad.
Buena salud a todos.
palabras que ahora leemos y que -por ahora- nos acercan a todos los que aquí por emoción, por gusto, por rutina, nos hemos reunido y cruzamos un pensamiento con ganas de que éste sea escuchado. palabras que sin duda se graban en la memoria, no sé si en el alma.
un abrazo
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