Es un sonido libre el que escucho alcanzando el nivel de mi piso,
vibra alto pero suave al disfrazarse en mis oidos.
Son las quince singladuras que ya diviso
pequeñas pero inmensas de momentos inolvidables, inmejorables.
Polvo del camino que apetece respirar,
que dentro se me atasque la grava,
que el sudor y la paciencia luchen entre si por dominar
la tarde entre juegos, metros recorridos y hasta sueños cumplidos.
La melodía de la libertad, condicional y vigilada,
libertad reencontrada entre dias que huyen del verano
para ocultarse bajo tantas hojas parduzcas y secas
que alfombrarán suelos repletos de nostalgias
que solo consolará el tiempo que llegará,
sin inmutarse, sin detenerse, sin piedad.
(En algún punto de la senda costera el sábado)
1 comentario:
Libertad condicional y vigilada...
Me ha gustao tu blog... se agradece pertenecer a tus lecturas también.
C.G.
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