A él, al que mi sangre intenta emular la suya
a él, que un traidor golpe de mar inesperado
cazó sin posible tregua, a maldita traición
dejando su casco varado cuartearse al sol.
A ese quiero contarle la verdad del brillo leal
de nuestra montaña erguida sobre la amistad
que deslumbra en plata como la mar en calma
llevando la mente en volandas como un mágico terral
dando el orgullo de mirar el tapiz estrellado
donde segura alumbra tu voz y nos guía tu estrella.
a él, que un traidor golpe de mar inesperado
cazó sin posible tregua, a maldita traición
dejando su casco varado cuartearse al sol.
A ese quiero contarle la verdad del brillo leal
de nuestra montaña erguida sobre la amistad
que deslumbra en plata como la mar en calma
llevando la mente en volandas como un mágico terral
dando el orgullo de mirar el tapiz estrellado
donde segura alumbra tu voz y nos guía tu estrella.
Piloto forjado entre valles enormes de espuma de mar
en días de soledad, con horizontes perdidos prontos a recuperar.
Millas por cumplir, recuerdos que solo son para guardar
en las más profunda sentina del navío que transporta tu corazón
pues la mar es mucha y enormes retos te aguardan,
que tu alma es oro y tu ánimo siempre esa plata que empuja mi nave.
Gracias José, gracias por seguir alumbrando,
a pesar del temporal que aguarda, por el ya pasado.
Gracias por ser de la balanza el fiel en la duda
por ser ese faro frente a la necia mar tendida del malvado
Gracias por saberte cerca, amigo.
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