Recios
soplan los vientos del cruel Mistral,
golpeando
amuras y mástiles, jarcia sin piedad,
gregarias
sus olas, aturdidoras en su maldad
entre
breves descansos engañando al vendaval.
No hay
retorno en la noche ciega por alumbrar.
correosas,
disparan ofuscadas su furia las nubes,
imaginarios
aviones, vestidos de celestes bufones,
vomitando
espuma doliente, sobre la cubierta por taladrar.
A
bordo un sentido, un ser, por tratar de entender,
disfrutando
mientras se sufre por tu hermano de mar,
quien
te cubre, te cuida, se sabe tu piel, a quien proteger.
Mundos
lejanos tan solo a 100 yardas los puedes divisar,
donde
un muro, una teja y un buen vallar de todo te separarán.
Golpea,
Mistral, Céfiro, Gregal, mas siempre será mí mismo mar.
Para Hernan en medio de este temporal, mar y vendaval, olas de viento sin tregua...
Un barco es mas que un ente, es un ente que cuando se siente y se vive con él; y ya con él nada puede ser lo que fue ni lo que pueda acontecer, tan solo será diferente...
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