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las explosiones cada vez se sentían mas próximas, el estruendo hacia temblar el aparato bandeándolo como si fuera un pelele. Borodin mantenía la tensión de sus músculos al máximo, el timón y él eran una misma máquina. Alcanzó los 1000 pies de altura.
- ¡Atención camarada artillero!, ¡Abriendo compartimento!
El artillero accionó la palanca liberadora y estas comenzaron a moverse. Una racha de aire helador inundó el interior del avión, como si la muerte entrase a saludarles como en cada misión anterior.
Se podían distinguir las casas, los edificios, iglesias, hospitales, unos enteros otros, los mas, en ruinas. Cada uno de ellos tenía su historia particular de sueños, proyectos y miserias que los escombros borraba en aquella uniformidad desordenada.
- ¡Bombas fuera!
El artillero accionó la segunda palanca de color rojo dejando caer aquellos racimos de enormes bombas con forma de semillas. Semillas que segarían los tallos ya crecidos de vida dejando la tierra yerma ya de frutos venideros.
El objetivo cumplido no produjo nada en ellos, las llamaradas de las bombas incendiarias semiocultas entre el humo que dejaban atrás no eran mas que otra exitosa misión de los cientos que llevaban en aquella maldita guerra. Borodin comenzó a coger altura entre los permanentes disparos de los antiaéreos, de pronto una explosión los zarandeó de forma brusca.
- ¡Nos han dado!
- ¡Varov, compruebe los daños!.
- Camarada capitán el motor de estribor esta ardiendo y perdemos altura.
Eso no aturdió a Borodin, cortó el combustible al motor y extinguió el fuego. Aumentó la potencia en lo admisible al motor de babor y fue perdiendo de forma gradual altura.
En aquellas condiciones sería complicado alcanzar la base pero había que alcanzar territorio amigo para tomar tierra. Varsovia estaba lejos, había que aguantar. Los Stukas podrían salir a devolver el daño en cualquier momento y en aquel estado no había defensa posible.
Como cualquier premonición bien fundamentada los Stukas aparecieron, el servidor del ametrallador de popa murió en la primera ráfaga, el de proa continuaba defendiendo. Los alemanes se dieron cuenta y atacaron por popa, el timón quedó hecho añicos, la suerte estaba echada.
- ¡Todo el mundo fuera!
Los dos hombres que quedaban con vida saltaron en paracaídas. Borodin cogió la foto de su vida perdida y la metió entre sus ropas tocando el pecho. Mantuvo lo mas estable que puedo la nave para lograr aterrizar con la nave. Sabía que iba a morir pero era una muerte mas honrosa el hacerlo al pie de su avión con su familia en su corazón.
El golpe fue brutal, durante mas de 600 metros Kristina arrasó todo lo que se le puso delante, si algún enemigo volara cerca de aquella zona era un objetivo fácil, sencillo de hacer blanco. Borodin quedó apoyado sobre el panel de mando semiinconsciente.
Como pudo, arrastrándose entre los restos del avió fue alejándose, el hedor a gasolina era sofocante, había que alejarse como fuera.
Varios minutos después uno de los motores cayo por su peso del ala de babor, la chispa que produjo provocó una terrible explosión que pasó por encima de Borodin, en ese momento se encontraba a unos setenta metros arrastrándose por el suelo boca abajo. Se salvó, una sonrisa mínima se podía adivinar en sus labios. Su avión había caído con honor. Ahora quedaba reponerse y escapar, sus heridas eran importantes, alguna costilla debía de estar rota y su pierna sangraba abundantemente. Se apoyó en un roble centenario que resistía los embates de aquella guerra, testigo de desmanes, gritos de victoria y lágrimas de derrotas.
Sacó la foto de los suyos manchada de sudor y sangre, era el final deseado, morir matando a sus verdugos. Las lagrimas hacían borrosa aquella imagen en blanco y negro, arrugada con restos de su propia sangre. Ya se escuchaban los sonidos de algún caza alemán, “por el sonido son stukas”. Borodin desenfundó su Tokarev apuntando la boca del cañón a su sien con la mano temblorosa. Su fin deseado llegó por fin
- ¡ No, camarada capitán!. ¡No lo haga!...
Despiértame
-
Despiértame
No estoy preparado.
Retumban los tambores al combate vital,
Pero no hay mimbres preparados
Solo mar que capear para ganar en su andar
Contra el t...
Hace 12 años
1 comentario:
Has cumplido tu objetivo, Blas, me cautivaste con este post.
Felicitaciones, algo para leer otra vez.
Un abrazo.
Alicia.
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