Sueña en colores grises, ve como la paloma negra que se equivoca,
observa por sus ojos filtrados a través de telas tejidas entre la mísera adulación,
piensa atenazado por el miedo al tiempo, el terror a la verdad eterna
que lo espera sentada a que caiga y descubra su fatal equivocación.
Ya no quedan aldeas donde los vientos no soplen libertad,
ya no quedan esquinas donde no sepan de su debilidad.
Solo le queda descubrir el débil pilar donde su antiguo cuerpo reposa,
mas cuando esto ocurra ya será tarde, tarde como la lluvia de julio.
Retuercense los caminos por los que sisean sus zapatos
mientras su mirada no alcanza la distante mirada
que muere en cada espejo que tapa con viejas mantas
hiladas entre dolor, depresión y soberbia desmedida.
Es tu risa reina de mi casa, es tu apoyo reina de La Habana,
es tu fuerza liberadora sin retorno, como el rayo que adormeces,
es todo lo que su gris devenir enfrenta lo que le amilana.
Es todo y siente, sabe, se compadece porque no puede, porque no sabe.
observa por sus ojos filtrados a través de telas tejidas entre la mísera adulación,
piensa atenazado por el miedo al tiempo, el terror a la verdad eterna
que lo espera sentada a que caiga y descubra su fatal equivocación.
Ya no quedan aldeas donde los vientos no soplen libertad,
ya no quedan esquinas donde no sepan de su debilidad.
Solo le queda descubrir el débil pilar donde su antiguo cuerpo reposa,
mas cuando esto ocurra ya será tarde, tarde como la lluvia de julio.
Retuercense los caminos por los que sisean sus zapatos
mientras su mirada no alcanza la distante mirada
que muere en cada espejo que tapa con viejas mantas
hiladas entre dolor, depresión y soberbia desmedida.
Es tu risa reina de mi casa, es tu apoyo reina de La Habana,
es tu fuerza liberadora sin retorno, como el rayo que adormeces,
es todo lo que su gris devenir enfrenta lo que le amilana.
Es todo y siente, sabe, se compadece porque no puede, porque no sabe.
5 comentarios:
Hace tiempo que
atrás quedaron los grandes salones oscuros y fríos, de aire enviciado y malsano
y abriste ventanas de estancias alegres donde el sol entraba a raudales y el aire olía a mar.
Los avatares demolerán la casa de cimientos carcomidos, y las ruinas se mostrarán al fin.
Pero el Capitán no caerá con ella, pues esa no es su lucha, su alma tiempo habrá que vagará libre, refulgente su cota de malla, tostada su piel por el mar.
Soy tan materialista... yo creo que por eso disfruto tanto de tus palabras, de tus relatos...de lo que escribes.
Me sorprende como manejas las palabras, los acentos de tu voz...
Ya sean éstas alegres y tiernas como mar en calma...
o duras y terribles como el mar sumido en la tempestad...
siempre son igualmente bellísimas.
Tu voz es mar,
no sólo palabra...
Hablas de una debilidad a todas voces. Sin embargo escribes con mucha fuerza. Al final, la risa de ella te salva. Esperanza al final.
Muy bueno.
Alicia
Y qué, querido Blas, si tenemos que descubrir los pilares sobre los que descansan nuestras almas. Y qué...
Riámonos juntos y descubramos que existen aldeas donde todo es mucho más fácil, donde todos somos Reinas de la Habana.
Donde hasta lo gris es bonito...
Besos
Publicar un comentario