Negros nubarrones al amanecer decididos despuntan
a cerrar el valle mientras sus gentes intentan
olvidar en vano el recién calor dejado en su hogar,
la paz que acompaña al sueño previo al despertar.
Pero, ¿por qué despertar si ese sueño nos regala libertad?.
¿No será mejor regresar a soñar ante la opción que ofrece la realidad?
¡Hay que luchar! Diría alguien con fortuna temporal.
Ojos de desengaño sin siquiera discutir lo dejarán marchar
No será la lucha quien ahuyente esos oscuros nubarrones,
será la indiferencia en paz la que los haga huir
con sus cúmulos desinflados en su propia decepción.
Mientras, vuelves al sueño, retornas a la ilusión.
a cerrar el valle mientras sus gentes intentan
olvidar en vano el recién calor dejado en su hogar,
la paz que acompaña al sueño previo al despertar.
Pero, ¿por qué despertar si ese sueño nos regala libertad?.
¿No será mejor regresar a soñar ante la opción que ofrece la realidad?
¡Hay que luchar! Diría alguien con fortuna temporal.
Ojos de desengaño sin siquiera discutir lo dejarán marchar
No será la lucha quien ahuyente esos oscuros nubarrones,
será la indiferencia en paz la que los haga huir
con sus cúmulos desinflados en su propia decepción.
Mientras, vuelves al sueño, retornas a la ilusión.
Lentamente la estrella refulge y en mil gotas estalla
que anulan las de ellos, ¡malditos!, oscuros nubarrones
cobardes, que se resisten a salir pues en ti se hallan.
Calor vivo que dicta su sentencia mientras, suavemente, te duermes.
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