Náufragos que navegan sin destino alguno
entre mares oscuros en plena luz.
Polizones de algún corazón inconsciente
de dar lo que no tiene porque le sobra.
Ideales que mantienen el alma dormida
entre laureles de batallas perdidas
que quitaron alegría en sonrisas de infante
por un color que no duele pero mata.
Amores que movieron elevadas montañas
rompieron eternas fronteras cerradas
mientras la comprensión ajena los negaba
y los encerraba entre paredes opacas.
Náufragos que murieron entre olas
de enormes ideales heredados
por antiguos amores olvidados.
Ellos son los que nos demuestran con humildad
la Vida y Obra de la verdadera humanidad,
creer, amar y navegar entre la cambiante realidad.
entre mares oscuros en plena luz.
Polizones de algún corazón inconsciente
de dar lo que no tiene porque le sobra.
Ideales que mantienen el alma dormida
entre laureles de batallas perdidas
que quitaron alegría en sonrisas de infante
por un color que no duele pero mata.
Amores que movieron elevadas montañas
rompieron eternas fronteras cerradas
mientras la comprensión ajena los negaba
y los encerraba entre paredes opacas.
Náufragos que murieron entre olas
de enormes ideales heredados
por antiguos amores olvidados.
Ellos son los que nos demuestran con humildad
la Vida y Obra de la verdadera humanidad,
creer, amar y navegar entre la cambiante realidad.
2 comentarios:
De paso por distintas puertas abrí la tuya y disfruté este escrito tan bien plantado que habla de la cosa marina, algo que me toca por haber sido marinero precisamente. Alguna vez conoci al velero de tu país, "Sebastián El Cano", creo se escribe así, y comimos asado en Puerto Belgrano con su gente. Seguiré pasando por aquí. José de corazón urbano.
Habla de la "cosa marina" como dice José, pero creo que habla de nosotros, de todos, de la vida en general, filosofía en pleno vuelo en tu decir Josu.
Un abrazo.
Alicia.
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