El lunes pasado, los que leísteis “Hasta el final”, os percatasteis de lo “dura” que a veces es la vida de un futbolero con sueños contradictorios. La cara oeste y sus vientos cargados de ilusión y su banda opuesta en la que golpea la dura realidad, la “pedestre”, la que nos acerca a la parte gris, oscura y triste por la que el fútbol se define las más de las veces. Esa parte que solo la salva el sentimiento y esa especie de fe fanática que nos corre a los que la sentimos, parece que es la verdadera, la otra es una ilusión las mas de las veces evanescente, como el humo de una hoguera una noche de verano .
Pues esta tarde la mar tendida entraba del este, pero con saña retenida, Eolo parecía que había comprado alguna dacha en la estepa siberiana, soplando desde el este mas duro, seco y frío que hubiera por aquellas inhóspitas latitudes. El muchas veces batido pero ninguna vencido Deva, (benjamín B), en el que compite, combate y se divierte Hernán y otros lingotes de oro como él, entregaba los uniformes en una pequeña merienda para ellos. El domingo han de ir a una entrega de trofeos. Hasta aquí todo es normal e ilusionante para un niño y sus padres; una mañana festiva con su equipo entre mas equipos y alimentando el espíritu del deporte.
Ahí, en ese instante es cuando Eolo abrió las puertas del infierno estepario, cuando la marejada se convirtió en mar arbolada. Resulta que hay que vender un número determinado de papeletas de una rifa tal que la de Navidad para el club organizador. Según las que vendas tienes medalla, medalla mas sudadera, copa, etc., etc.. ¿¿??.
Los goles y la lucha ¿donde han quedado?. La ilusión se reduce a que mi madre y mi padre vendan mas o se lo gasten de su bolsillo. Y cada niño del mismo equipo, ¿tendrá el mismo trofeo?
Sin comentarios. Entiendo que todo acabe siendo tan cutre cuando se profesionaliza.
Pues esta tarde la mar tendida entraba del este, pero con saña retenida, Eolo parecía que había comprado alguna dacha en la estepa siberiana, soplando desde el este mas duro, seco y frío que hubiera por aquellas inhóspitas latitudes. El muchas veces batido pero ninguna vencido Deva, (benjamín B), en el que compite, combate y se divierte Hernán y otros lingotes de oro como él, entregaba los uniformes en una pequeña merienda para ellos. El domingo han de ir a una entrega de trofeos. Hasta aquí todo es normal e ilusionante para un niño y sus padres; una mañana festiva con su equipo entre mas equipos y alimentando el espíritu del deporte.
Ahí, en ese instante es cuando Eolo abrió las puertas del infierno estepario, cuando la marejada se convirtió en mar arbolada. Resulta que hay que vender un número determinado de papeletas de una rifa tal que la de Navidad para el club organizador. Según las que vendas tienes medalla, medalla mas sudadera, copa, etc., etc.. ¿¿??.
Los goles y la lucha ¿donde han quedado?. La ilusión se reduce a que mi madre y mi padre vendan mas o se lo gasten de su bolsillo. Y cada niño del mismo equipo, ¿tendrá el mismo trofeo?
Sin comentarios. Entiendo que todo acabe siendo tan cutre cuando se profesionaliza.
No me queda mas solución momentánea que medicarme con este fármaco que parece tener una aceptación enorme entre la s situaciones de grave impotencia, además debe de prevenir casos de violencia de diversos tipos.
2 comentarios:
Querido Blas, la historia que tan brillantemente nos cuentas de lo que podríamos llamar el "caso papeletas", es un magnífico ejemplo de nuestra incapacidad para comprender los profundos vericuetos de las mentes preclaras que se dedican desinteresadamente a hacernos la vida más fácil y placentera. Un buen día, alguien, tras un proceso reflexivo-filosófico de proporciones astronómicas, llegó a la conclusión de que una de las razones de nuestro triste deambular por la biosfera era los desacertados sistemas que se habían usado históricamente para ese momento de tensión máxima, conocido como "De donde cojones saco dinero para las medallas". Es probable que nuestra falta de originalidad sea la que nos incapacita para reconocer en su justa medida el esfuerzo del pensador. Porque, ¿acaso no es triste poner una pequeña cuota de inscripción con la cual pagar los trofeos?¿Es realmente ético gestionarlo a travás del patronato deportivo?¿No es en exceso mercantilista que "Mercería Pepita" colabore en el torneo? No, amigo de Lezo. Somos demasiado simples, como amebas, inocentemente unicelulares y neuronalmente escleróticos. El fenómeno que diseñó el nuevo orden papeleteril alcanzó el éxtasis tras su descubrimiento. En pleno onanismo reflexivo vió la luz y, nos iluminó. Anclados como estábamos en el "¡Que inventen ellos!" estas demostraciones de respuesta ante la necesidad, nos desconcierta. El futbito necesitaba este impuldo de I+D. A partir de ahora todo será diferente. Saludos.
Esto del I+D futbolero es cierto que va a traer secuelas. El que dispone de la patente de lo que bien has denominado, "Operación papeletas", la verdad es que es todo un genio. Puede que haya copiado de aquel pequeño manejo entre los gringos, iraníes y contras. La verdad es que es todo un arte mover el dinero, me da igual la cantidad, entre diferentes manos para que al final lleguen a donde tu deseas sin que parezca nada mas que un acicate al deporte, o, en aquel caso, "por la libertad,( la de ellos)".
Lo que me parece un problema grave, endémico a marchas forzadas y que justifica tanto deshecho en los que nos gobiernan, o hacen que lo hacen, es que los que somos objetos de la extracción monetaria ni nos percatemos del timo, estafa, befa, mofa, escarnio manifiesto al que nos someten. Me da igual el fin.
¿para cuando la revolución?.
Mis afectuosos saludos para un visionario como tú.
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