miércoles, 17 de junio de 2009

A Vueltas con Lord Jim

“…¡Nada más fácil que decir: “No tema, no tenga miedo”! Nada más difícil que lograrlo. Me pregunto yo cómo se mata el miedo. ¿Cómo se le atraviesa el corazón de un balazo a un espectro, o se le decapita o se le echan al cuello las manos para ahogarlo? Es empresa que sólo en sueños se acomete, y de la que por bien contentos nos damos cuando salimos de ella cubierta de sudor la frente y temblándonos los miembros. La bala necesaria no ha sido fundida aún, ni forjada la espada, ni ha nacido el hombre que pueda realizarlo; hasta las aladas palabras de la verdad caen a nuestros pies como pedazos de plomo. Necesitaríamos para tan desesperada lucha mágico dardo envenenado, que antes hubiera podido templarse sumergiéndolo en tan sutil mentira que no cabe hallarla en la tierra. ¿Una empresa, señores míos, buena para ser intentada en sueños!...”
(Lord Jim. Joseph Conrad)

En sueños, siempre en sueños, parece la vía perfecta para llegar a lugares donde la lancha de la vida propia no es capaz de remontar la corriente. Varar la quilla durante un tiempo sobre el meandro, tomar el aire de la calma tras el duro esfuerzo sobre los remos y soñar que alcanzas los rápidos río arriba.
Miedos, miedo, temor, palabras malditas que forjan mentiras, dolores, secretos inconfesables para no despertar lo que se mantiene así sin saberlo. Abrir fuego desde la andana a lumbre de agua, que salpique la sal mezclada de agua y con el frescor de la mar cercana abrirse paso entre el humo de la pólvora quemada en el impulso del disparo. Bala de 38 libras que se incruste en el mismo corazón enfrentado, al mismo que temes por su propia respuesta ante tal detonación.


Bala que de bronce o hierro maldito, bala roja como las que los britanos lanzaban ardiendo sobre los nuestros desde la roca en el XVIII ; bala de letal materia que se transforme en la propia piel y materia de quién pretendes, del objeto y meta a alcanzar. Bala con la que destroces al fin el miedo abriendo paso a la libertad de la verdadera felicidad por saberse ya liberado de la vieja cadena del mal que es el puro miedo espectral.




Lord Jim, hombre leal con su propio destino, notario de sus propias acciones buenas y malas, humano tan noble con él mismo como con los demás, exigente con sus hechos como si del último juez se concibiese sin falta de espejo en el que reflejar su propio miedo. Fuego sobre cenizas que nada dirán si nadie pudo contemplar ese fuego vibrante de su espíritu inmortal. Lor Jim, Tuan Jim, verdadero líder mientras se consumía como el propio fuego que representaba ante quienes deslumbrados atizaban su vida para recoger el calor de su decidida razón. Vida eterna, corta en verdad, pero sin final pues no es otra cosa que la vida continua plasmada entre los fracasos y triunfos siempre cara al viento que le pretende a uno desarbolar.


No hizo arrugas la frente de tal personaje pues la muerte aceptada como noble castigo decidido por su entendimiento lo llevó a asumir lo que desde que sus sueños comenzaron a vibrar fuera de la oscura nocturnidad del infante soñador. Ser el héroe humano que acepta el destino que forja sus propias acciones ante la cara real del océano vital, siempre con la mirada limpia, a veces borrosa por las lágrimas, a veces de insultante fuerza por el triunfo de un deseo, pero siempre frente al viento gélido de la pura realidad.





"...Y aquí termina todo. Desaparece él del mundo como envuelto en misteriosa nube, inescrutable en el fondo de su corazón, olvidado, sin el perdón de los que lo rodeaban y excesivamente romántico. ¡Ni en los más exaltados días de sus visiones de muchacho podía él haber imaginado forma alguna de éxito mundanal que más seductora, más extraordinaria le pareciera! Porque bien pudiera ser que en aquel brevísimo momento en que lanzó su orgullosa mirada a la multitud, hubiera él logrado entreverle el rostro a aquella ocasión, a aquella oportunidad que, como novia oriental, había ido, cubierta con espeso velo, a ponerse de su lado..."



(Lord Jim, Joseph Conrad)


5 comentarios:

lola dijo...

Hola Blas, como siempre que te leo, solo puedo decirte que tus relatos son maravillosos. Además de la bella música que los acompaña.

Saludos.

Armida Leticia dijo...

Hace mucho tiempo que no escuchaba sobre Lord Jim, recuerdo haber leido la historia en un cómic que hace años aparecía en México, no recuerdo el nombre, pero eran adaptaciones de grandes novelas.

Saludos desde México.

poesia_amistad dijo...

Deliciosa lectura, tan cuidada y llena de matices, además coincido con lola, acompañas el escrito con una música maravillosa.

Un placer leerte siempre.

¡besos!

-galilea-

Anónimo dijo...

Hale, a imprimir una página más....En cuanto acabe exámenes, me pondré a leer tranquilamente esto, con una limonada en la mano y descalza.

¿Te he dicho alguna vez que escribes de vicio, y que la música al entrar en este blog me AAAAAAAAAATRAAAAAAAAAPA?

JoseVi dijo...

eres un caballero XD, de verdad que me inspiras que siga tu ejemplo. Tu forma de escribir y de ver la vida.

Un fuerte abrazo Blas de Lezo, la verdad es que no si hay otro que se pueda apodar Blas de Lezo, pero en tu caso, de verdad te lo mereces :)