Tiemblan los días que amanecen
cual lluvia indecisa sobre sedienta piel
de un desierto que se crece sobre la hiel
amarga del tiempo que sin llegar ya zarpa.
Acuden en bandadas las estrellas sin sus puntas
que dormidas desperezan los gastados sueños
en cada aleteo sin esfuerzo más apagadas
mientras el cazador acecha sereno bajo su luz.
Todo tiembla entre miedos por banderas
flameantes sin tiento por mil y un lamento
cuando silba el viento al llorar por su herida;
corte de la realidad tiznada de sangrante entrega
entre suspiros desbordados sobre la bahía
como delta de río en su caudal de Vida,
arrogante, sereno, resignado y al fin entregado.
Ciega está la noche de tus estrellas
pues la cobardía ya se vistió de luna llena
falsa, traidora, clandestina ladrona de luz impropia
que otros le otorgaron sin reproche ni espera.
Dónde encontrar tu piel imaginada
sin forma, sin mas que la furia de tu calma
aferrada sobre la quilla de la nave desgobernada
al arbitrio de los caprichosos vientos de zozobra...
...que es la Nada.
1 comentario:
Al menos la imaginas, ya tienes tanto, mucho más que la nada.
Hermosa poesía, amigo mío.
¿Cómo andás?
Alicia
Publicar un comentario