domingo, 14 de diciembre de 2014

Al Viejo Audaz, a mi Viejo Navío



Nubes negras avante a vista del Horizonte,
proa avante, firme, dibujando bigotes de espuma
como el sueño nocturno que abate  sobre el silencio
mientras empuja el oculto deseo sempiterno sin  ser visto.



Silentes, tu andar, mis ojos y ese temor eterno e invisible
por lo que viene, por donde vamos entre ignotos mar y viento.
Timón a la vía, abrigado el corazón de chubascos inmorales,
el aire, hecho viento acaricia el rostro vigilante en soledad.

Todo se siente, nada se sabe, entre crestas crecientes de espuma,
a cada banda mares diversos según empujen o huyan errantes
ilusos de su fuerza que mañana a ellos volverá disipada
cambiando el sentido a lo que parecía perdido para ahora ganar.

Será de cierto el paso entre tanta mar vestida de amenaza real
pero todo será un pasar, solo eso, pasar como en la Vida,
navegar bajo la tempestad mientras la luz ruge a la espera
tras las cortinas de agua, los rociones de viento y mar,
tras la maldad humana, la envidia engastada en falsedad…



Navega, mi hermano, hazlo conmigo si tu venia me das. 

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