martes, 9 de junio de 2009

I am ready

Vuelven los vientos de las grandes decisiones como huracanes en calma que derrumban cualquier voluntad por recia que ella se considere. Mientras tal piensas así lo escribes sobre la mesa atornillada al suelo de tu camarote desde donde sientes las vibraciones anárquicas que resultan de los 28.000CV de tu navío a plena potencia enfilando la proa desde la popa de tu vida y los golpes sin piedad de los efectos perversos de viento y mar como arbitrio de un dios que se sabe real.










Sigues escribiendo, pero de tus manos no surge lo que deseas; la brega, la pura contienda en semejante temporal que no ceja ni cede el paso al sueño como el viejo Can Cerberus que no permite la salida ni entrada de vivo o muerto en el eterno Hades. El último golpe te convence de que más vale ser junco que roble partido y te acomodas en el viejo catre donde ya durmieron otros antes que tú. Las cuatro de la mañana darán pronto y habrá que seguir plantando la cara a la vida en la consciente guardia que determina la razón por la que la vida continúa erguida ante desiertos de agua y sal.




Calma y tempestad y tras ella la misma calma que precederá a la tormenta; temporal que nunca te dirá si él será el último en el que pelear. Galerna donde puedas encontrar ese segundo maldito donde perdiste la honra que son los pulmones con los que respirar. Donde hacer que el aire viciado sepa su único destino, donde tener el poder de aceptar con sentido al aire digno de tal nombre.

Por qué un instante en el tiempo es capaz de anular una vida, por dar una cuarta a babor en vez de permanecer en el rumbo fijado, cuando un cambio de rumbo a tiempo es la razón de la verdad de un resultado o de la falsedad en el significado vital de todo un esfuerzo. No sabemos nada cuanto más nos adentramos en la mar de los sueños reales, cuantas más singladuras dibujadas en la estela deleble a nuestra popa más razones tenemos para desconocer rumbo, arribada y respuesta ante la señal.




Cuanta más espesa encontremos la niebla mayor será nuestro saber, pues no es otra cosa el paso vital entre los estrechos del nacer y el morir que la soledad del mando sobre nuestro propio navío, sin más velas que nuestros impulsos y mas tripulantes que nuestros deseos pegados al viejo corazón. Sirena, sonda y mucha precaución, que de bajíos repletos encontraremos canales sin tacha en la derrota de nuestro navegar, traidores e invisibles cuchillos pétreos que nos harán zozobrar.

Ahora que la niebla se disipó, ya la mar golpea ruda y sin descanso a un mercante de acero y carbón que ruge partiendo con su roda ola tras ola en el mismo viaje sin límite pero con fin conocido hacía algún punto de la carta invisible que pintamos a cada giro de la hélice necia y fiel hasta el último golpe que habrá de llegar.

No concilias el sueño, los bandazos hacen de tu cuerpo en la noche el un muñeco de trapo en manos de un infante que no sabe ni quiere saber por qué golpea aquella figura pequeña con forma de hombre. Sólo deseas que las quince para las cuatro suene en la campana para acudir a tu puesto consciente y quemar de nuevo tus deseos en medio de la pura vida que es este navegar.




Estoy preparado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué preciosidad.....Justo ayer veía un reportaje gráfico de un cocktail ofrecido en la fragata LIBERTAD ( Qué precioso nombre) y te juro que me acordé de este blog.


Un saludo.

Armida Leticia dijo...

Debe ser una experiencia inolvidable, estar allí y escuchar el sonido del mar, el viento, el metal...¡todo!

Saludos desde México.