jueves, 10 de febrero de 2011

Hoy es el futuro...


Y lo es sin más, sin estridencias, lo ha sido siempre, ayer lo era cuando era hoy, mañana lo será cuando sea hoy. Cambian las personas pero tú no cambias porque sigues ahí dentro de ti mismo, mirándote sin comprender a veces el “porque” de mil cosas, de cien situaciones, de algún instante  que valdría haber no  vivido . Viejas canciones te llevan a momentos vividos  en los que  crees haberlos disfrutado, pero en realidad solo son cortinas de humo que difuminan lo que has de hacer ahora y no te atreves mientras te cubres  con la manta de los recuerdos.

Las calles están desiertas, la gente tiene que trabajar, las estrellas permanecen sobre su negrura demostrando que siguen ahí mientras se ríen observándote calcular lo que tendrás encima  mañana o pasado o el mes que viene, o lo que no hiciste hace dos semanas cuando debieras haber hecho esto y lo otro. Tantas cosas como las que encierran este círculo  de palabras tan sabio como antiguo que dice: “ Hay tres cosas que no pueden volver atrás: la flecha lanzada, la palabra pronunciada y la oportunidad perdida."

Mientras las piensas en pasado quedarán las del instante que se acumularán  sin  duda en el  saco de las penas de ese futuro que acabará en pasado sin demora.
Palabras que pronunciar  a cada instante que los sentimientos  broten con quien a tu lado tengas sin miedo a  que descubran lo que quien te quiere ya sabe. Palabras que te harán libre y te liberarán aunque lo dudes mil veces,  que mil veces serán razones que cargarán el pasado.

Oportunidades perdidas, esas habrán pasado y no tienen posible  arreglo. Has de estar atento a las siguientes a las que no debes dar paso hasta no hacerte con un poco de su esencia y  cuando  la sientas tuya, aferrarte a sus bridas mientras cabalgas sobre los mares abiertos que se postren ante ti  humildes en su orgullo por saberte decidido y sin temor a  ser encapillado por quintales del agua de la decepción.

Flechas lanzadas que ya no volverán. Sana las heridas de quienes hayan sido objeto de sus picas, no dejes heridas que siempre  regresarán a tu corazón de forma implacable como   el retorno del mal causado.


Hoy es el futuro, porque el futuro es el puro presente  donde las vidas se  sienten y no se esperan ni se recuerdan. Hoy es el comienzo  y fin de ese instante que podrás alargar tanto como sepas olvidar ese pasado  que no tiene nada de particular entre los de la inmensidad humanidad. Cuídate, disfruta, pelea por lo que quieres,  atrapa lo que deseas mientras lo regalas  según te alcanza a tus manos. Acaricia mientras besas los minutos  como si pudieras camelar su estancia y retener su marcha. Abraza  lo que te de calor y siéntelo mientras este  atraviesa tu piel, no esperes a recordarlo, no lo fotografíes, vívelo.

Tu tesoro es  el instante, tu tesoro es hoy, tu corazón lo sabe, díselo a tu razón, aunque ella tenga una reputación que cuidar y seguro que  por tal excusa no se dejará convencer. Te dirá que eso está mal, que mires a tu alrededor,  te convencerá la primera vez que años lleva contigo, la segunda el miedo comenzará a mostrarse en sus argumentos y en la tercera caerá como fruta madura aliándose con ese corazón que habrá de ser bravo frente a palabras como pasado y futuro.

  Siente ahora




A quienes me permiten compartir sus instantes frente a una pinta,  frente a las olas, a bordo de los pelufos, junto al puente colgante, con un tio Joroba bien picante, entre riberas y riojas, sobre la bicicleta y de mil formas mas.  

Gracias y a por más

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