Cuán largo es el Destino cuando vos mismo lo fiáis,
me aturde y deja sin tino en este tortuoso andar
entre fino y trabado como corazón sin razón encontrado
donde lascar el cabo que afirme mi proa a su estrella esperada.
Nubarrones tapados por soles como dudas sobre razones
ante tal o cual derrota que ganar,
por virar aferrado a las cabillas de mi alma,
pugnando por decidir mientras perdura la calma,
olvidando mientras me recuerda el viejo eco
que no hay lugar sino persona,
con la que ser feliz en su fondo y no en su forma.
Forzado al banco de la vida ya escrita
mientras grillete y rebenque golpean la espalda contrita
de chusma y nobleza unida por la misma desdicha,
amura la galera al viento de la verdad infinita.
Por lo que sientes tu alma emprendes
ese viaje que perdura hasta siempre en la huida
sin retorno sobre la misma estela de la vida.
Roda rasgando mar silente, ardiente por tu filo
cortante y ciega proa, tozuda, tenaz, rompiente y decidida
tras el dolor que se aleja, silente, doliente,
mientras ya vuelve por eterno como pertinaz lamento
amarrado el lazo trazado por mil deseos olvidados
sin solución entre los vientos, hijos de mis vientos,
soplantes del propio corazón que llora sin espera ni demora
a que sea al fin sueño y dicha,
abriendo futuro como el ariete de la nueva aurora.
1 comentario:
Hola querido amigo.
Me gusta mucho como escribes poesía.
Eres apasionado al hacerlo.
Te dejo un abrazo.
Alicia
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