siente la propia vida con la fuerza de su puro orgullo.
Sobre él, corres millas en pugna con el caprichoso viento
que arriba a tus pulmones como a sus velas disfrazado de tiempo.
¡Buena suerte! Fue lo que al zarpar como deseo recibiste.
En ti confiabas cuando sobre el horizonte tu mirada largaste
donde olas como duras realidades batieron baos, cuadernas y cuadernales
mezclando mil y una veces su sal con la tuya para juntas embocar los imbornales.
Falsos remolques, cabos con almas de puro veneno a tus costados se asomaban
desde el miedo a la pura zozobra escondido entre nieblas que nada enseñaban.
Mientras continuaba el oculto maltrato triunfante con la patente silenciosa
que es el propio mando en desmesurada y solitaria cadencia
por no haber en cubierta quién a tu lado botase luz como verdadero aliado.
Bordadas sin tino a punto estuvieron de dar en el fondo
con tu vieja nave y su glorioso destino.
Encadenado al miedo de ser libre por dejar de serlo
mantuviste rumbo, destino y marcación
entre faros de tan falsos sus destellos
como reales sus fracasos sin luces ni anelos.
Encontrado sin duda el falso imán
verdadero aturdidor de tu infalible magistral
¡Nuevo rumbo y demora, capitán!
Mimosa la proa ya se amura hacia otro cuadrantal
Doblas al fin el eterno Cabo de cortantes y afiladas rocas.
Brillante te saluda un océano repleto de mar que aturde tu mirar,
orgullosa enfila la nave su destino sin miedo a zozobrar:
los viejos mares de libertad, las viejas sensaciones de paz.
3 comentarios:
Pasé a leer y disfrutar. Saludos desde mi México lindo y querido.
Yo no sé bien qué haces cuando describes el mar, pero a mí me dan unas ganas de verlo ya mismo.
Eres único en ello.
Gracias por tus palabras, gracias por tu amistad.
Alicia
Me fascina la última imagen......con ese halo de misterio que le proporciona la bruma marina.....(El libro va viento en popa...., nunca mejor dicho)
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