¡Maldito seáis destino aciago que asi me tengáis!
Vos no sois mas que quien os hizo que así os pese fui yo
por nacer vivo y con ganas de tal verbo en aguas romper.
Maldita sea la negra bola que viejos corsarios de muerte
traen sin otra maldad que su propia verdad
por batallar contra la cruda realidad resistente
sitiada, aferrada y maniatada.
Pero firme desde el viejo fuerte
que por su vida no caerá sin antes dar paso a la muerte.
Maldigo vuestras condiciones míseras por linsonjeras
pues la Verdad, con su aliada la real Voluntad habrán de triunfar.
Aunque la pica en coste y servicio
sea tan grande como la vieja hermana puesta en Flandes.
No haréis de mi, jodido Destino, un viejo héroe abatido,
vive el cielo que antes del motín sin bandera
pierdo en la contienda la vida entera,
Que siendo en buena lid, buen combate presento
mas a traición la vida contra la que mi pecho se plante
No será ya más que un viejo lamento.
Muerte sin vida es la propia vida de la muerte.
Vacío sereno y sin otro camino que el viejo pozo
amargo por el arrojo de mil piedras
ahítas por demandar tantos deseos conscientes
seco lo ha dejado, atrapado en su fútil deseo de ser gratuito gozo.
"Donde no hay justicia es un peligro tener razón."
(Francisco de Quevedo y Villegas)
7 comentarios:
Me encanta Mago de Oz, paso a saludarte y como siempre a leer lo que nos brindas con tanto talento.
Abrazos.
¿y por qué crees que tienes razón? nunca fuiste justo. .
Vieja era la costumbre de la Santa y Católica Inquisición; vieja y de vil calado el de valorar la acusación anónima en buzones de oscuras callejuelas, verdadera acción encubridora y provocadora de inefables crímenes contra inocentes que no eran del gusto de quien que forma travesera, mientras martirizaba su alma, al mismo tiempo machacaba así la vida de quien feliz en su vida pretendía ser.
No hay en este humilde foro lugar para "anómimos" acusantes, por lo que en sucesivas ocasiones ruégole se abstenga de esta cobarde acción y si lo desea acuse a este humilde escribiente o al mundo que le rodee y encuentre a disgusto dejando con meridiana claridad su nombre y razón.
Suyo,
Blas, el de Lezo
Yo leo y disfruto, cuando llego por aquí, siempre.
Saludos desde México.
AMEN
Saludos.
"Y que no tengamos alas tristes que humedescan nuestro levitar"
Que estilo tan impecable y valiente. No decae ni un sólo verso.
Como siempre, un placer leerte.
¡saludos!
:)
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