sábado, 24 de enero de 2009

Entre Alarcos y Las Navas (33)

…El Mazal se desplazaba lentamente, varias pequeñas falúas hacían de recios puentos de apoyo desde los que partín sendos cabos de remolque. Al fin la mar se podía escuchar su golpe de muerte contra el rompeolas del puerto, donde minutos mas tarde hizo su fantasmagórica entrada con Almería en su frente. Mas parecía aquel bajel un trozo de madera enorme procedente de algún naufragio en el que la nave debía haber sido algún enorme navío romano, como las trirremes plagadas de remos que demostraron en el mundo conocido su poder allí donde enseñoreaban su pabellón. Su excesivo grado de inclinación a popa para no embarcar agua asombró a aquél pueblo arremolinado que ardía en pasión por recibir a quienes consideraba ya verdaderos héroes. Elian y su dotación aún no sabían que habían logrado poner en la mano de la pequeña escuadra del sid almohade de Almería a una de las pesadillas del reino almohade. Los almorávides, feroces enemigos de su hermanos de origen, enemigos por el poder y el dominio de tierra y religión, aun se mantenían firmes en las islas baleares más al norte. Desde allí hostigaban cualquier pueblo, cultivo y lugar que generase riqueza a sus enemigos, desde sus galeotas y naves corsarias secuestraban hombres, mujeres y niños sin filtro alguno a la propia crueldad que genera el odio entre los hombres.





Con el Mazal amarrado al fin y, antes que ninguna otra cosa, Elian comenzó a dar las órdenes oportunas para descargar la mercancía, razón y motivo principal de su forma de vida. Tello, intranquilo por ser un prófugo de aquellos mismos hombres que los recibían como salvadores, debía establecer un plan para no ser descubierto y alcanzar Málaga cuanto antes como le había explicado claramente el padre de Zahía antes de partir de Marrakech. Decidido, interrumpió a Elian en su ingente labor de descarga de la mercancía.


- Capitán, necesito hablar con vos. Es de vital importancia
- ¿Tiene que ser ahora, cristiano? Es el momento más crítico este para detenerme a charlar contigo.
- Lo es, capitán. Esperaré a que me dediquéis el tiempo que merecen mis servicios.

La mirada de Tello, de furia contenida, no daba mas opción.
- Está bien cristiano. Vayamos a proa que allí nadie se atreverá a molestarnos
Elian dejó a su segundo al mando de la descarga y fueron a la que en aquél momento más elevada parte del bajel.
- Capitán. Elian. A estas alturas de nuestro viaje no quedan secretos que deba guardar, máxime cuando necesito de tu ayuda y la de tu tripulación. Tienes razón, soy cristiano, y además mi situación es la del preso que huye de un destino que no merece, ni es justo. Gracias a gente con verdadero corazón de oro he alcanzado la península, más si se sabe mi verdadera identidad podría ser prendido hasta que mi cabeza separada del resto de mi cuerpo viajase en un saco hasta Castilla, para ser devuelto mi cuerpo sin honra a mi rey. Por eso os pido capitán Elian, por lo pasado y lo sufrido, por lo compartido, que ocultéis mi identidad al menos hasta que Zahía y yo salgamos de las murallas de esta ciudad con destino a Málaga.

Elián lo escuchó con atención; él no sabía quién era aquél cristiano, pero tenía claro que por su capacidad de mando, por sus conocimientos en el combate y por su brava actitud ante los diferentes retos de aquella extraña singladura era del todo seguro que se trataba de un caballero de importancia. Ocultar su identidad entrañaba riesgos para él, pero algo llamado lealtad correspondida le dictaba cumplir con aquel ruego.

- Puedes contar conmigo, aunque también te pido que tú y tu esposa, que para mí eso seréis desde ahora, sea o no verdad, partáis cuanto antes hacía Málaga.
- Tenéis mi palabra. Gracias Elian. No considero un pago por nada tal favor, pues para mí siempre seré deudor de vos allá donde os encuentre.

Un apretón de manos como verdaderos caballeros selló aquel momento, mientras abandonaban el maltrecho castillo de proa del Mazal un carpintero, embarcado para la tarea de reparar el tajamar, había grabado a fuego aquella conversación entre cada golpe de maza sobre la roda. Las grietas del castillo fueron cómplices de tal situación, siendo el deseo de medrar ante el visir las razones de que aquél secreto tuviera las horas contadas.


Continuaron las labores durante las primeras horas desde la fantasmagórica arribada a Almería, siempre observados por una multitud que se agolpaba en los muelles y entre los tinglados que dibujaban la vida portuaria. Varías horas más tarde dos hechos cambiaron los planes de aquellos hombres. Una escolta armada se acercaba a la plancha desde la que bajaban las mercancías. Los soldados con señales claras de que se trataba de alguien importante comenzaron a ponerse nerviosos. Era el Visir Abeniyad Abdala, terror de los cristianos, sucesor de los visires que aún enorgullecían sus títulos con el de “verdugos del emperador”. En su vanidad se creían invadidos por los designios de Alá al haber sido capaces de echar despues de una década en Almería a los cristianos hacía ya casi medio siglo y en su huida provocar la muerte del último emperador castellano. Desde aquella ocasión la persecución sobre cualquier símbolo cristiano, humano o no, era su primer motivo de acción o combate como nota de su propia bravura.

La descarga se detuvo mientras los soldados del visir tomaban posiciones tanto en derredor de la nave como en la misma cubierta. El silencio se hizo rey y en aquel reinado accedió el visir tras el escribano que lo precedía como anunciador de su llegada. La espera no fue mucha, pues el gusto de aquél hombre no residía en pisar cubierta alguna y aquello no era otra cosa que el cumplimiento estricto de la orden de su rey. Una vez todas las piezas de aquel ajedrez marino se hubieron posicionado sobre la cubierta como virtual tablero, el escribano como peón adelantado extendió un rollo de pergamino que con él llevaba.


- Por la autoridad que represento, yo Sid del reino de Almería, hermano menor del Rey de Granada y gobernador de Algeciras y Málaga tengo el honor de invitar al comandante de la nave y a su dotación esta noche a la fiesta que daré en honor de quienes ayudaron a nuestro almirante Ganim a cazar a los piratas, que durante tanto tiempo llevábamos luchando por apresar.

Se miraron, aquella era una invitación a la que no se podía rehusar ir. Irían todos según dictaba el edicto real siendo acomodados a cada uno según su rango, sexo y categoría en la fiesta. Tello como mercader debía ir al lado de Elián, Zahía como esposa lo acompañaría aunque celebraría fiestas distintas. No estaban acostumbrados a invitar a las mujeres por lo que mientras la fiesta durase, ella permanecería en el harén del rey. En esto una explosión de júbilo apagó la voz del escribano; los dos pataches entraban a puerto con la galeota pirata remolcada. El aspecto de la galeota era similar a los rostros de su tripulación, aunque esta tendría un futuro mejor a las órdenes de Ganim que el futuro inmediato de los hombres apresados que no sería otro que el de adornos sobre las picas de los guardias en los jardines de palacio, para ser devorados al final de la fiesta por los perros del rey.

Con un saludo casi como reverencia al vacío, el escribano volvió a abrir el paso del visir hacía el muelle donde les esperaban caballerías y escolta para retornar a la Alcazaba. El plan de salida hacía Málaga debía posponerse y la suerte, junto al temple y la serenidad habrían de ser sus armas hasta lograr salir de aquel dorado encierro.

1 comentario:

JoseVi dijo...

Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi rey la fuerza y el viento, mi única patria, la mar.

Mi poema favorito, toda mi vida. Ya alucinaba con espronceda a los 9 años XD. Tuve un profesor que nos la hizo aprender de memoria. Para mi... es el mejor poema de libertad.

De Tello y Zahía, una novela preciosa, entre dos culturas, dos identidades, peligro en ambos y solo :) Me recuerda a una novela que lei... El cruzado, basada en el diario de Roger de Lunel, cruzado que fue del rosellon a jerusalen, paisano mio por origen XD. Alli se enamoro de una turca, la protegio tras tomar Niza. Lo lei con 18 años. Ahora tengo casi 30 XD.

De tus fotos con familia... Que hijos tienes XD. Menudos grumetes XD. Yo era de los que decian mis padres... sientate, estate quieto XD. Me amansaron unos años pero con el tiempo volvi a mis origenes.

El dia que tenga hijos pienso jugar a espadas con ellos, que practiquen los deportes que les gusten y si me siguen en alguno...

jajajaja, veremos quien es mas crio XD

Un abrazo compañero, gracias por pasar por mi blog.