Aferrado al gris plomizo de la torreta
como viejo puente de soñado bajel
brillan tus ojos a cada golpe de mar
que recio inunda tu rostro de agua y sal.
Jornadas de tedio entre humana soledad
que de todos se hace en solemne hermandad.
Calmas insomnes de espera en noches de luz
hasta escuchar el rugir temible de la mar
enfurecida por vientos y traicioneros deseos de mal.
Bravo Capitán, disfruta en tu navegar
enjuagando uno a uno tus días como millas recorridas
sin otro aliento que lograr un día con fuerte vendaval
por cada cien días henchidos de pura asfixia sin viento
que tu valor y pasión tal día lo dará siempre como ciento.
¡Dadme el mando de un buque
y en nada de mi os habréis ya de preocupar!
3 comentarios:
Desde México, un saludo y un abrazo pre-navideño.
Ostras, y yo esperando un video musical y me encuentro con esto..... Casi me revientan los oídos, jajajajajaj.
Poema marítimo que me ha gustado mucho, tanto como el mar. Te seguimos leyendo :)
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