viernes, 2 de julio de 2010

Partida


Hoy es un día especial pues comienzan mis vacaciones. Han sido estos seis meses muy duros en lo personal y en lo profesional, mas en lo primero pero también en lo segundo. No he escrito todo lo que me empujaba desde el interior, pues muchas válvulas internas se cerraron en momentos en los que sólo quedaba aferrase al tablero flotante de la soledad compartida real, en la que gracias a grandes amigos y mejores personas uno ha ido dándose cuenta que la verdad está dentro de uno, en lo que siente ante lo que va a hacer en cada momento. Que la intuición sobre el viento en plena navegación es la verdadera salvación de una nave, pues no hay fórmulas, ni siquiera argumentos lógicos que permitan dar avante una vida cuando navega esta en contra del viento humano que es el puro sentimiento.


Muchas veces calculamos y valoramos los porqués de cada situación, relación, de cada actuación y justificamos los miedos, las respuestas, los mil y un actos con la pasividad que te permite la ciencia. Se equivocarán en un porcentaje mayor quien sólo pretenda hacer las cosas por la ley de la ciencia social, de la física, de la matemática. Quien ante un inminente desastre analice ya el desastre y su porqué sin lanzarse a detenerlo, sin achicar el agua de la desesperación que acabará realmente por hundir tu nave sin pararse a ver tu pensamiento entretenido en el análisis del desastre.

Han sido seis meses duros en los que la ciencia no logró vencer al corazón en todas sus facetas, en las que los pasos dados y además reaprendidos me han demostrado que se ha de hacer lo que en verdad se siente, sea esto lo que sea y si el viento en ese momento es duro, será más tarde y quizá con un rumbo inesperado con el que tomar de nuevo cuando sea posible las ilusiones y los sueños arrumbados en el pañol más importante que está en el doble fondo de tu corazón.

Mañana zarpamos desde Santander con rumbo a Escocia, el coche, cargado de bicicletas a su popa dormirá en la bodega mientras, después de 15 años de cortas travesías, podré observar las estrellas, las luces rojas o verdes de los mercantes que durante la noche hagan su vida de mar, muchas veces añorada por sentirla este que esto escribe más pura en su terrible soledad. Merak, Dubhé, Septentrión, Andrómeda y mil más que habrá que intentar robar a las nubes por la noche para redescubrirlas, pues ellas siempre estuvieron allí, fui yo el que las olvidé. Sentir de nuevo el zumbido continuo de las máquinas desde el camastro donde la mar tendrá a bien acunar o golpear, que casi lo segundo desearía este mortal para devolver esa sensación que por mucho tiempo  alejada no se olvida ya hasta el final.



Castillos entre lagos y falsos dragones que trataremos de cazar sobre bicicletas de metal, lluvia en pleno julio, silencios entre montañas. Serán las primeras vacaciones libres en el fondo de este corazón que muchas veces siento gastado, pero nunca lo sentí tan libre como ahora, por la simple razón de saber que se debe hacer caso a lo que en verdad se siente sin mas cortapisas.



Un abrazo verdadero a todos los que me leéis, prometo que escribiré más, sacaré el tiempo de cada minuto despistado que los pensamientos me robaron. Volveré a bordo del mismo barco a Santander el próximo 17 y espero estar aquí antes de que el domingo raye en el lunes odiado tras unas buenas vacaciones.



Gracias por leerme, es el verdadero premio que este viejo guererro busca de vuestras mercedes. Algo cojo, algo manco, con la visión tantas veces perdida pero de puro corazón.



Vuestro, Blas, el de Lezo









5 comentarios:

Anónimo dijo...

Te deseo unas muy felices, y por otra parte merecidísimas vacaciones. Por estos lares andaremos a su vuelta.

Vuestra,

Menda.

Carlos Ramos i Solà dijo...

La envidia me corroe. ¡Que facilidad para poner y ordenar por escrito tus pensamientos! y que ameno es leerte. Disfruta de tus vacaciones, Blas, el de Lezo.
Esperaré impaciente tus escritos.

Alicia dijo...

Sé feliz. Lo mereces.
Excelente itinerario, Blas.
Aquí estaremos a tu regreso.
Un abrazo.
Alicia

galilea dijo...

Te deseo unas felices vacaciones. Ha sido un placer compartir esos seis meses de tormentas y calmas.

A modo de pequeña despedida:

«Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque ésta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres, lo cual les hubiera sido mejor que emprender una conquista que no pueden conseguir.»

Escribí sólo "pequeña despedida". Espero tu pronto regreso sano y salvo ;)

besos!

Armida Leticia dijo...

¡Y del trueno al son violento
y del viento al rebramar,
tú dormirás sosegado,
arrullado por el mar!

Suerte y buen viaje, son mis deseos desde México.