Intensamente blando como arena de volcán
indoloro por saberse hermoso tafetán
brillante en su vista, tan bella es su sonrisa
frenando las oscuras cenizas del viejo volcán
que aturde sin tregua tu miedo a volar
Así debe ser el viejo universo por encontrar
tapado de sol y de múltiples brillos
tan extraños como olvidados
Libertad de recuerdos como naves rebeldes
en pugna por vencerte sin piedad
tensiones al pensar desde ríos futuros
que a nadie importa su delta al final
repleto, colmado entre sedimentos
inertes de una vida que no volverá.
Para qué servirá el miedo triunfante
desfilando entre las calles del verdadero sueño.
Para qué permitir que el negro recuerdo
tiña de gris el vivo momento de existir.
Nada es la respuesta que recibes
desde el mascarón de tu proa
mientras en medio de tus dudas avanteas la verdad
que no es otra que el puro momento vivido sin más.
Que no es otra que el puro momento vivido sin más.
Instante que en infinito conjunto configura el eterno momento que es la vida al tiempo vivida.
Para vuestra merced, Mili, a quien desde uno de ellos os aguardo sin prisa y temor.
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