No la habrá, mientras caminas,
mientras la isla que tu miras
te contempla en tu lento andar
sobre arenas vertidas desde la mar,
correos del devenir de tu propia existencia
tantas veces abandonada a su inercia.
No lo habrá mientras dos ojos te miren
como faros brillando entre oscura nocturnidad,
regalando lo que no puedes tomar.
Brisa sofocante entre el gris de la realidad
volcada en infinitos puntos imposibles de contar,
sudor perdido en esfuerzos de pura inutilidad
pues la carrera el mismo fin tendrá.
No habrá montaña, valle o rincón
donde mi pensar descanse por tu imaginar,
huellas de mis pasos te dirán donde me podrás encontrar
mientras estos sin detenerse te esperarán.
Siempre sin sombra, sin artificio que corrompa
lo que invariable y unido nadie lo separará jamás.
No habrá planeta, no habrá estrella, no habrá
muro de piedra que pueda con tus ojos mirando,
con tu mirada hablando sobre mi corazón encogido
sin reacción, triste y sin sentido por desear lo prohibido.
“No habrá montaña que lo cubra, ni tiempo que lo destruya”
No hay sueño roto, tan solo esta varado
1 comentario:
Excelente.
Creo que escribes poesía maravillosamente.
Sería hermoso que puedas fortalecerle las alas a un próximo libro de poesías.
Te dejo un abrazo.
Alicia
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