martes, 31 de julio de 2007

Quien navega... (3)

...Se escucha un violín, su sonido de instrumento desvencijado resuena débil desde el fondo de la taberna. Pero aquella no es la taberna acostumbrada a la que acudir despues del agotador día de pesca. Tampoco es el Gallo donde ha desembarcado, ni siquieran son conscientes de haberlo hecho, aunque se divise el maltrecho trinquete de fortuna allá en el muelle como si fuera un cuadro entre el marco de la puerta de madera oscura.
El patrón como patrón que era, ejerciendo de ello se apoyó sobre la húmeda barra, su olfato se saturó de un olor a cerveza sucia, olor de vapores de alcoholes de otras épocas como el grog, tantas veces bebido entre la marineria frente a la inminente batalla entre gigantes del mar.

Nadie le quiso atender, pero siete vasos de aquel mejunje caliente los esperaban. Sus nombres iban grabados a fuego sobre las tazas de loza escachada. El miedo ya no podía invadirles porque rebosaban la mezcla de eso mismo junto a una sorpresa suficiente para llenar veinte veces cada vaso.

- Muchachos, vámonos de aquí. Esto tiene mala pinta. No se como hemos aparecido aquí pero lo único claro es que hay que largar aparejo y salir pitando.

Ya enfilaban la salida cuando un sable herrumbroso, o mas bien sucio de sangre de algún infeliz les cortó el paso...

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