¡Qué hay mas dañino que romper la ilusión!.
Saberlo y seguirlo,
sentirlo, pero nunca negarlo,
hundirse tras el brillo dorado de la ambición
¡Ojo avizor!. Gritaba algún vigía desde su posición
mantén la guardia alta mientras no se disipe
esa neblina que oculta la verdad de la razón.
La niebla se fue, la razón se ve
la ilusión se queda, su impulso no es otro
que la libertad en paz sin otra ambición.

1 comentario:
Éntendido y comparto plenamente lo que quieres decir entre líneas.
Un abrazo muy fuerte,
Paco Alonso
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