jueves, 19 de julio de 2007

Septentrion

Escribiendo tanto de este sol escurridizo uno se olvida de que en este y otros mundos hay algo mas que un astro rey.
Debe ser esto del estrés post vacacional que hace que digas y pienses en formato de “¡Dios mío, porque es así la vida!”, o también, “ ¿pero por qué lo bueno dura tan poco y encima me recibe así?.
Nada, ya estoy asentando mis reales en la Colina y con lentitud vamos aclimatando. Esto han sido 15 días de buena vida y se hace algo cuesta arriba. Solo con pensar cómo “duelen” los lunes simples y normales basta para comprenderlo.
A estas horas en que me da por escribir esto me apetece localizar la Polar e intentar descubrir sus cinco puntas, porque las tiene. ¡Vaya, me olvidaba que esta nublado!.
¿Cuantas ojos habrán puesto su centro en ella?, igual alguno en su afán de no perder su guía las descubrió. Yo aún lo intento.
Tantos siglos en los que ha sido y sigue siendo la referencia clara y sin ambages de su propia esencia, el norte, el rumbo, el sentido.
No necesita nada para ser por si. Quizá hemos olvidado que está ahí, majestuosa en su diminuto punto luminoso contemplando cómo nos fiamos de cosas aparentemente mas seguras en su forma, aunque seguramente mas frágiles en su fondo.
Es todo más simple que complicado. Y lo que es complicado es porque algo necesita ocultar para ser importante. Ella no.
Este jueves apunta a ser gris y húmedo. Espero que el viernes pueda seguir encontrando sus puntas.


Insisto, las tiene y son cinco.

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