jueves, 3 de enero de 2008

No Apagar Nunca ( a Marina)

Acudo a mi puesto de combate diario,
allí donde apuro el esfuerzo del día,
ese que me lleva al otro lado de la ría,
donde reside la razón de tanto retorno no deseado.

Leo en letras mayúsculas una orden tajante
no apagar nunca parece que mande,
parece que ordena, parece que ahí se plante.
¿No apagar nunca? ¿No apagar qué?

Mi corazón tal vez, el tuyo quizá, el de él tal vez,
las ansias por salir, los deseos de entrar.
La ilusión por creer en la realidad imaginada,
La sonrisa encontrada en el reflejo de tu cara.

¿No apagar nunca? ¿por qué?

Por ser tu la que silenciosa me esperas,
entre hilos y madejas, acurrucada entre las mantas.
Porque siempre hay luz pendiente de ser encendida
que quiere serlo mientras se oculta detrás de tu mirada



2 comentarios:

Anónimo dijo...

No apagar nunca!!
Casi no necesitas razones, porque sí,
porque quieres...
¡Me gusta!

Un saludo y ¡Felicidades Marina!

Alicia Abatilli dijo...

La espera inevitable, la luz sin sombras, el destello de siempre o el imaginado por siempre.
Una belleza lo que escribes Josu.
Un abrazo.
Alicia.