miércoles, 2 de enero de 2008

Tímido al Nacer

Asoma tímidamente la proa por el embarcadero,
su limpio olor a brea lo delata como infante imberbe
a la espera de infinitos golpes de mar que sin piedad lo desteten
de Kronos, señor silencioso y eterno que generoso lo entrega
sin dudar entre enormes brazos crueles de hombres sin nombre,
entre brazos con armas, entre brazos con poder,
entre brazos que aman, entre brazos que sueñan con poder.
Alcanzar ver su caída y su fin sin que a ellos les duela
su alma por perder, por morir, por no llegar al final.

Nacido fuiste en la noche que mató a tu hermano,
muerto serás en similar hora por el que inexorable te sigue.
Mas los días serán igual y las noches solas llegarán
solo nosotros quedaremos entre tanto esperar
entre tanto bregar, entre tanto llorar, luchar
entre reir, trabajar, amar, volar, dormir, cantar.
Solo nosotros tenemos la clave del día, la llave
que nos demuestra que cada uno muere cuando despierta
pues de nuevo nace cuando eso sucede,
cuando despierta.







No hay años, no hay días, solo vida que vivir entre propósitos que cumplir

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