jueves, 7 de junio de 2007

LAS OLAS DEL MAR

Leí hace tiempo que la política se asemeja a las olas del mar, a las mareas. Lo que hace un momento subía, comienza a bajar suave pero de forma continua. Resulta que la pleamar que todo lo ocultaba, que tan sólo nos dejaba ver un oasis de espuma y destellos de plata, ahora resulta que la bajamar nos sorprende con restos de carbón, algún trozo de alga algo estropeada por los embates matutinos de la mar y algún despistado cangrejo que corre a esconderse entre las rocas antes de que lo cojan algunos infantes con ganas de jugar.
Pues eso parece que ha ocurrido estos días. Desde el 27 de mayo, hasta que los salvapatrias estos del grupo pirotécnico, “¡La ostia pues!”, han decidido volver a tocar la famosa marcha, de recia y decimonónica raigambre hispana, “ A Dios rogando y con el mazo dando”, pues eso, que desde estos convulsos días parece que la marea mengua y lo que era no es y lo que es, ¡cachis!, que ya lo era y sin enterarnos.
Basta con fijarse hoy mismo en el también gran emulador de las poses toreras (muy hispanas por cierto), ese ínclito luchador por las libertades de no sé que pueblo vasco, ( es que hay tantos pueblos cuando sales del mismo Bilbao que no se a cual se refiere), el gran De Juana que ayer se plantaba ante este gran gobierno de la paz, a que no había “buebos” a ponerle la pulsera y, ¡zas!, justo cambia la marea, (pobre De Juan, que de meteorología siempre anduvo corto, tanto bocata de bimbo durante la huelga de hambre le paralizó su neurona), y le ponen dos pulseras unidas con cadenas y, ¡ala!, a la cárcel en la Capital del Reino.

Todo esto lo entiende cualquiera, ha acabado la negociación y ahora viene la guerra. Lo que me parece mal es que este hombre (ahora hablo de Zapatero/Mr. Bean) ha esquilmado la poca confianza en los ministros, (véase Rubalcaba), en la justicia (véase cualquiera) y, al menos a mi, me ha vuelto a demostrar que las palabras sin hechos que las apoyen son huecas aunque suenen bien.

En fin estamos de bajamar, a ver lo que dura. Pero al menos que dure lo suficiente para llevarse al grupo pirotécnico lejos, muy lejos con todo el paquete de extras.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ni la política, ni los políticos me decepcionan, no espero nada de ellos. Ni me sorprende, ni me afecta su comprotamiento. Dan y ofrecen cuando quieren recibir, no hay mas. Si que sufro y me afectan otras decepciones, pero ¿quién no se ha sentido decepcionado a lo largo de la vida? Es normal que en algún momento ocurra algo con lo que no cuentas y te haga cambiar. Un día descubres como es la realidad. Malgastas o quiza no, media vida esperando que la gente actúe de determinada manera y cuando no sucede como tu pensabas te quedas hecho una mierda. Claro que yo también habré decepcionado a gente que me importa debido a mi forma de ser, que no es fácil, pero ¿quién ha sido capaz de no decepcionar a alguien a lo largo de su vida?

Blas de Lezo dijo...

La verdad es que no estaba yo tanto con la decepción o no de los políticos. Mas bien intentaba llegar a una conclusión sobre lo poco estable y fiable que son los postulados por los que esta gente que nos gobierna o nos “oposiciona”. Postulados por los que incluso ponemos una voz sobre la del contrincante, incluso nos sube el pulso y hasta nos enfadamos, para que cuando menos te lo esperas van y te dan el bandazo. Quiero llegar a soñar que somos independientes, verdaderamente independientes y no nos casamos con ellos, solo les votamos.
Lo que tu comentas creo que tiene mas enjundia que lo de Mr. Bean o el DeJuana “ el chiquito del bocata”. Las decepciones están a la vuelta de la esquina, entre las personas nunca sabes donde te espera la próxima, pero creo que es necesario seguir creyendo en las personas. Al fin y al cabo “una mala tarde la tiene cualquiera” . Pareces una persona que no estas pasando por un buen momento y lo único que te puedo decir es que las decepciones aparecen ya al despertar, no dejes que te enganchen. Prefiero ver las manoletinas del diestro De Juana o esos gestos de hombre de estado de nuestro Mr. Bean , son mas divertidas, bueno es que prefiero reirme porque si no...

Anónimo dijo...

Querido Blas,bajamares y pleamares se suceden sin que nada podamos hacer. Son los flujos de la Luna los que influyen en que pique la chopa o las voraces lubinas dejen de comer. Nosotros sólo podemos continuar caminando por la orilla en gayumbos y si hay suerte igual disfrutamos del paisaje, tanto marítimo como terrestre. Lo que tapa la marea como lo que deja al descubierto, siempre estuvo ahí. Simplemente hay que saber diferenciar entre la Mar salada y la mar de mentiras que nos cuentan constantemente y que una inmensa mayoría se cree. Siempre se pudo engañar a muchos durante mucho tiempo. Siempre naufragan los mismos. Siempre pesca el de al lado. Siempre saldrás con arena de la playa. Los comedores de bimbo seguirán a lo suyo y, a los humildes bañistas sólo nos queda darnos un chapuzón de vez en cuando, que mientras nadas buceas o navegas, no se oyen las gilipolleces radiofónicas o televisivas ni se leen la mierda de periódicos que tenemos. Cantaba el gran Miliki: "Navegar sin temor, por el mar es lo mejor", que es la versión cirquense del "carpe diem". Navegemos pues, viento en popa, a toda vela hacia la utopía y a los fulleros, pasémosles por la quilla. Aupa Deva.