lunes, 26 de mayo de 2008

Puente Viejo

Como puedo me abstraigo del metálico ruido que me alcanza
desde la infernal impresora que tantos bienes escribe
imaginando los rudos golpes de metal sobre el papel
como gotas que se posan sobre su limpia semblanza.

Gotas dulces, suaves como plumas del ave joven que muda
fluyen bajo ese pequeño puente sin orillas que lo angosten.
Oscuro, fresco y agradable frente al castellano sol de verano
se hace su ojo refugio para pieles ardientes sin miedo a la duda.

Puente gótico de un ojo viejo y cansado por ver y escuchar
palabras de odio encima, de temor a la negra muerte debajo.
El choque de espadas por un honroso paso, sangre le trajo
con besos furtivos entre amores prohibidos por el odio secular.



Puente sin comienzo ni fin, sin más, simple paso de almas
que vienen marchando de donde deseaban quedar.
Vieja piel de piedra y argamasa que siente sus pasos silenciosos,
mientras sus sueños percibe llover sobre el río como virginales piedras.

Sueños como los cantos, iguales los fabrica el paciente fluir
sentir, comer, vivir, descansar, amar, ser amado, morir.
Sueños que su ojo guarda entre riadas y secanos
Esperando que vengan al fin a descubrirlos las verdaderas manos.

1 comentario:

Armida Leticia dijo...

¡Cuantas historias podría contarnos un puente viejo!
¡Bello post! Como siempre quedo gratamente sorprendida de tu talento para escribir y describir.

Un abrazo desde México.