Pero ya se hace tarde, mis pulmones no pueden respirar tanto aire cargado de hollines extraños que salen de tubos maléficos, a los que estos humanos de hoy llaman chimeneas. No hay donde descansar sin que alguien con uniforme estrafalario te eche de forma brusca porque eres un vagabundo. Si los tuviera frente a mi en mi tiempo, mi daga no tendría piedad.
La única persona que conoce la real situación de mi vida y cuerpo, vive escondida por loca en la montaña perdida de Isiltrandi. La encontré una vez vagando a su vez en el paso de Ilargantus, fue verme y reconocerme al instante. Me ayudó en aquellos años instruyéndome sobre la época en que caí, regalándome paciencia y comprensión. Ella me contó cómo era

Sentí que mi hora estaba allí, al menos que los humanos estos tan simples, aunque tan bien formados, sospechaban de mi y al segundo acoso de un periodista de programas extraños de fingidas cuartas dimensiones, decidí ir a pedir ayuda atravesando el paso de Ilargantus.
Ella me estaba esperando y me recibió sin sorpresa alguna. Una pequeña sonrisa de superioridad y una mirada en la que destellaba algún brillo de envidia por mi situación me demostraron que ya sabía a lo que venía...
1 comentario:
Por ahñi alkguien dijo de que el "El ser humano no tiene más de 2 ó 3 historias que se repiten creul e incansablemente..." No sé si lo comparto del todo...
A qué voy con esto... pues luegoi de leer, me ha pasado de que también muchas veces me he sentido "no humana".. que las cosas que me pasan, no le pasa a nadie más que a mí...
A qué venía?
Saludos y disculpas por los esporádicos abandonos a vuestro hogar...
C.G.
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