viernes, 5 de octubre de 2007

Mis Pilares (7)

Por fin arribamos al final de la serie, un final que siempre será el principio de algo, lo que sea, una propuesta de mejora, un arranque con buena base o simplemente poder continuar perfeccionándonos nosotros y con los demás, que es el fin de nuestras vidas.

Como cuando Lawrence y Feisal entraron en Damasco, como cuando la India alcanzó la independencia. Todos ellos fueron finales de sueños que se cumplieron y que durante los cuales la lucha ya era una victoria en sí. Estoy seguro que después de la consecución de estos todos, los
triunfadores, conforme se les alejaba la época del sacrificio y las privaciones anímicas, físicas y hasta económicas, se les iba acercando progresivamente de la misma forma la época de la nostalgia por ella.
Por eso creo que el único momento en el que podemos y debemos echar de menos lo pasado es en la corta, muy corta, recta final de nuestra vida, cuando ya vislumbramos el posible final y no queda nada por conseguir, nada que no hayamos conseguido nos espera delante. Este trayecto, estoy seguro, hay que hacer que sea el más corto de la vida. Así lograremos que toda la vida sea lucha por algo y eso ya es una victoria, lo decía Gandhi y estoy de acuerdo con él al ciento.

Digo esto porque quizás tenga algo de nostalgia al terminar esta pequeña serie de Pilares de la Sabiduría personales. Nostalgia por haber revivido, repasado interiormente parte de mis principios, algunos cumplidos al máximo posible, otros en continua mejora a veces difícil por lo duro del pilar. La Duda, la Justicia, la Imaginación, la Generosidad, la Esperanza e Ilusión, la Flexibilidad; todos ellos son pilares definidos, sólidos, seguros, resistentes en el interior de uno mismo; pero sin el verdadero plano de distribución, el verdadero pilar que define sus posiciones, su forma de estructurar el fondo del corazón, sin este considero que no es posible alcanzar la mínima altura de edificación. Y ahí esta este plano de ruta pilar indiscutible y soporte de todos los demás que es la Libertad.

Por libertad entendemos tantas cosas tan diferentes que yo me voy a ceñir a lo que a mi me sugiere. Libertad para elegir los pilares en su grado, libertad para dejar de lado lo que no sirve para vivir cercenando ilusiones y esperanzas, libertad para poder denunciar en el marco que uno pueda la falta de justicia, libertad para ser generoso en la cantidad que uno desee y sienta en cada momento, libertad para ser flexible o no si encuentras al inflexible por decreto. Poder dudar de cada cosa libremente sin perjuicio de creer en esa cosa. Lo que nunca deberá ser la libertad es una ilusión.

Libertad, con ella a nuestro lado, en nuestro pensamiento, las cosas serán más brillantes, las personas que se encuentren a nuestro lado serán valiosas, se sentirán infinitamente valiosas.

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